En Arashiyama, a pocos kilómetros de Kyoto, Japón, se encuentra un increíble bosque de enormes bambúes. Este bosque es casi sagrado para los nipones, y ofrece un espectáculo visual y sonoro único en ésta parte de la ciudad.
Los tallos huecos recogen el sonido del viento y emiten un sonido muy especial, como si se tratase de una representación musical. Cada día atrae a miles de visitantes, tanto japoneses como extranjeros para asistir a la sinfonía de la naturaleza.
El bosque acompaña al visitante al Templo zen de Tenryu-ji, uno de los máximos exponente del espíritu sintoísta de la ciudad que rivaliza con Tokio a nivel espiritual.
La combinación de este bosque junto con el budismo imprimió a este lugar un profundo carácter religioso que queda plasmado en sus jardines. Húmedos y secos representan el paraíso para cualquier nipón, y el ritmo de las estaciones se combina de una manera magistral.
En otoño por ejemplo el bosque de bambúes que rodea al santuario, se tiñe de un color ocre extraordinario. Para cualquier habitante de esta ciudad, el jardín es imprescindible, y cada casita del lugar posee su correspondiente parterre en un vínculo entre la naturaleza y el espíritu.
Fuente: viajes.net
Fotos: sizumaru, mitch59 y bonnici_cam
me gusto
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